domingo, 28 de febrero de 2010

¿Qué significa la "perspectiva de género"?

Una persona manifestaba recientemente en un foro que “Sólo que quienes trabajamos el género y la diversidad siempre tomamos en cuenta eso: el género. Intentamos ver el mundo poblado de seres humanos, más allá del sexo. Es sólo una opinión….. “,  y ante una aclaración de lo que es la “ideología de género”, indicaba que “No va por ese lado la cosa, en realidad apunta a la sociedad patriarcal, el machismo, la violencia doméstica y esas cosas, nada que ver directamente y en este caso con la sexualidad de cada uno/a.”

Demostraba con esas palabras desconocer lo que es la “perspectiva de género”, y no es de extrañar, porque sus valedores eluden dar una explicación sistemática, a pesar de las múltiples iniciativas que impulsan y que están informadas desde esa ideología.

¿A qué se refiere, por ejemplo, la recientemente aprobada “Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo”, cuando preceptúa que la educación sanitaria integral sobre salud sexual y reproductiva de nuestros hijos hay que enfocarla “con perspectiva de género”?

Dicha perspectiva se planteó por primera vez en la IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, de septiembre de 1995 en Pekín – a la que se refiere la exposición de motivos de la Ley- , y se trata de una teoría neo-marxista que parte de la concepción de la historia como una lucha de clases, de opresor contra oprimido, en una batalla que se resolverá solo cuando los oprimidos, se alcen en revolución e impongan la dictadura del proletariado; la sociedad será totalmente reconstruida y emergerá una sociedad sin clases, libre de conflictos, que asegurará la paz y prosperidad para todos. Pero, mientras que los marxistas clásicos creían que el sistema de clases desaparecería una vez que se eliminara la propiedad privada, entre otras medidas como facilitar el divorcio, forzar la entrada de la mujer al mercado laboral, o eliminar la religión, para las "feministas de género" – una minoría dentro del feminismo- los marxistas fracasaron por concentrarse en soluciones económicas sin atacar directamente a la familia, que era la verdadera causa de las clases.

Los defensores de la "perspectiva de género" afirman es que no somos hombres o mujeres por naturaleza sino como resultado de una “construcción social” cuyo objeto es el sometimiento de la mujer, y que para que hombre y la mujer sean iguales hay que llegar a una sociedad sin clases de sexo, y para ello, hay que deconstruir el lenguaje, las relaciones familiares, la reproducción, la sexualidad, la educación, la religión, la cultura, entre otras cosas porque “Después de todo, los hombres no gozarían del privilegio masculino si no hubiera hombres. Y las mujeres no serían oprimidas sino existiera tal cosa como la mujer.”  Consideran que "Lo natural no es necesariamente un valor humano. La humanidad ha comenzado a sobrepasar a la naturaleza…", que “En sociedades más imaginativas, la reproducción biológica podría asegurarse con otras técnicas.", y que "asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la clase subyugada (las mujeres) se alce en revolución y se apodere del control de la reproducción; se restaure a la mujer la propiedad sobre sus propios cuerpos, como también el control femenino de la fertilidad humana, incluyendo tanto las nuevas tecnologías como las instituciones sociales de nacimiento y cuidado de niños.”

Objetivo explícito de esa perspectiva de genero es la eliminación de la familia, porque encarna el orden natural de las cosas que se quiere combatir, y la promoción de un concepto como es el de “salud y derechos sexuales reproductivos”, que se refiere a la promoción de la "libre elección" en asuntos de reproducción y de “estilo de vida”. 

¿Qué es increíble? Pues si lo piensas un poco encontrarás múltiples manifestaciones de esta “perspectiva” en nuestra más reciente historia. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas reflexiones sobre la "perspectiva del género" me hacen pensar en dos cosas:

La primera, el absurdo de tener que abordar algo que viene dado por la propia naturaleza, intentando impregnarle un sentido vital, necesario e imprescindible para poder moverse en la sociedad actual. Ese absurdo, nos lleva a entendernos los unos a los otros como adversarios, en lugar de propiciar algo tan simple pero tan complejo de alcanzar, como es el amor, con todo lo que se deriva a partir de este tronco, como el respeto o la solidaridad.

La segunda, el afán por complicarnos la vida innecesariamente. Se fomenta la lucha, donde debería estimularse el diálogo. Se ponen sobre la mesa asuntos que se consideran de primer orden, dejando de lado lo que realmente debe abordarse como tal, como es la crisis que nos consume o la falta de valores generalizada en nuestra sociedad.

Estar tan ensimismado con esto del género es primitivo, es mirar permanentemente al pasado, sin opción alguna a ver un futuro libre de esas cadenas a las que algunos y algunas tratan de añadir más eslabones. Pero es triste que, con esas cadenas, traten de atar en la más profunda de las fosas morales, a jóvenes que empiezan a despegar en la vida y que, con leyes como la “Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo", se les dota de una falsa autonomía de acción que seguramente va a pasar una factura muy cara a la conciencia y muy difícil de asumir para el resto de sus vidas, por el propio daño causado a un semejante, a un hijo, en el propio seno que debería de propiciarle la seguridad y la vida, de la manera más cobarde, sin opción a defensa alguna.

Pero claro, el germen del que nace esta permanente búsqueda de lo absurdo, parte de conceptos tales como algunos mencionados. Así, esa "lucha de clases" habla de eso, lucha, guerra, batalla, pugna y de "clases", división, diferenciación, escalones sociales, falta de armonía, falta de entendimiento, falta de relación. Esa lucha de clases propicia el odio y la destrucción porque parte de la existencia de clases. Pero es que la solución roza lo surrealista, porque la basan en una dictadura, la del proletariado. ¿Dónde encajarían los derechos, las obligaciones o el sentido constructivo de la sociedad?. A ese carro de "lucha de clases" para conseguir "la dictadura del proletariado" se unen los grandes ilustrados metafísicos que pretenden aniquilar los fundamentos básicos de cualquier sociedad (sin tocar para nada religión alguna) como son la defensa de la vida, el entender la familia como núcleo de educación, proyección, protección o sociabilización, el precioso desarrollo natural de un niño o un adolescente, forzándoles siempre a pensar contra natura, el desgaste que ello provoca en esas jóvenes mentes, que desde tempranas edades tienen en vivo el concepto de pugna, combate o muerte.Ese desarrollo anormal, sí que es responsable de la constante alienación de uno u otro sexo y de tergiversar el sentido natural de las cosas, para tornar en extraño y raro, todo lo que es bello por naturaleza.

Leandro dijo...

Por muy minoritaria que sea la corriente feministas de género, mucho me temo, Nacho, que la solución final pasa por el predominio de la mujer sobre el hombre. El mundo es de ellas. Y añadiría: menos mal

Desde el foro dijo...

Creo que esa búsqueda permanente de lo absurdo, de la división y el enfrentamiento, no tienen nada de absurdo, sino que responden a una concepción del poder muy concreta, algunas de cuyas manifestaciones podemos encontrar en nuestra reciente vida política.

Es la teoría del constructivismo jurídico sociológico y la teoría del poder (Michel Foucault), según la cual el poder reside en una especie de red de relaciones múltiples que generan posiciones de dominación o explotación, la lucha de clases llevada al campo microsocial; la ley no surge de la intencionalidad del individuo o de la sociedad a través del consenso, sino de conceptos como la “autorreflexión social” o el “sistema”, que tienen vida propia; prescinde por completo de la existencia de cualquier realidad, orden o referencia anterior al Estado, porque todo es creado por el legislador con base, no en ninguna ética, sino en la capacidad política, en la voluntad de poder, y hasta el ser humano carece de libertad y hasta de identidad fuera de la ley que les constituye como personas, como ciudadanos.

Esta teoría, que está detrás de los movimientos radicales más diversos, incluido el “feminismo de género”, considera que el lenguaje encarna una forma de pensar, y la ley puede hacer lo que quiera cambiando el discurso, el significado de las palabras. Tal vez por eso no era tan importante regular la relación de parejas del mismo sexo como llamarlo “matrimonio” ¿no?

El poder, conseguirlo y mantenerlo, parece ser la respuesta.

Desde el foro dijo...

Leandro, no estoy seguro de que el "feminismo de género" asegure el predominio de la mujer sobre el hombre, porque ambos conceptos dejan de existir como tal, siendo sustituidos por "orientaciones sexuales". Si no existen las mujeres, sostienen, no podrán ser dominadas por los hombres, que también han dejado de existir, dicen las feministas de género. Claro que, por la misma razón, tampoco pueden dominar.

Por otro lado, creo que la teoría del nivel de incompetencia afecta por igual a ambos sexos, por lo menos en el ámbito en el que me muevo, así que no soy optimista al respecto. Pero como tengo dos hijas....,