domingo, 21 de marzo de 2010

A vueltas con la Campaña de la Conferencia Episcopal

Transcribo literalmente de una página de Facebook que recoge en buena parte el “argumentario” (que no argumentación) abortista o simple pro-elección.

"En contra de la PATETICA campaña anti-aborto de la Conferencia Episcopal ¡¡¡qué vergüenza!!!!
La campaña propagandística lanzada por la Conferencia Episcopal en contra del aborto es INDIGNANTE tanto desde un punto de vista MORAL y ÉTICO, como desde un punto de vista CONCEPTUAL PUBLICITARIO y lo ARGUMENTO:
- ¿Que tiene que ver la interrupción del embarazo dentro del plazo legal, con la vida de un bebé de cerca de 1 año que sale en la imagen?
- ¿Que absurda similitud se le puede encontrar con la protección de una especie en vías de extinción como el lince ibérico? Además EL CACHORRO DE LINCE DE LA IMAGEN NO ES IBÉRICO, sino un lince euroasiático o boreal, según han confirmado a Efe científicos del programa para la conservación del lince ibérico.
- 8 Millones de dípticos + 1.300 Vallas publicitarias + 30.000 carteles: una MILLONADA ¿Y no aclararan si hay parte de financiación con dinero público?"

“Cuando el sabio señala la luna el necio mira el dedo dice un proverbio, y para el objeto de debate – el aborto - es tan absurdo discutir la especie de lince como lo sería debatir el tiempo del bebé que aparece en las fotos. No es un argumento, como tampoco lo son las preguntas que formula, que pretenden encerrar en sí mismas las respuestas rehuyendo precisamente argumentar.

Nadie defiende actualmente que un embrión no sea un ser humano desde el día 1 de su concepción, como lo demuestra el mismo concepto [es un ser porque existe, vivo porque ha iniciado su ciclo vital, y de la especie humana, no de otra]; la evidencia científica [“un ser vivo es aquél que ha iniciado su ciclo vital y aún no lo ha terminado, y cuyas partes forman un todo, y esa es la realidad del embrión: el ser humano empieza con el zigoto, resultado de la “fusión” de un óvulo y un espermatozoide, y el zigoto unicelular, en el día 1 de la concepción, es ya un organismo único de la especie homo sapiens, con sus 46 cromosomas definitorios. Inmediatamente después de ser concebido empieza a producir enzimas y proteínas humanas y a dirigir su propio crecimiento y desarrollo.”], y hasta la misma existencia de la Ley para regular el aborto, que sería en si misma absurda si no se refiriera a las condiciones legales para acabar con la vida de un ser humano.

En realidad cuando se dice de un feto que es un ser vivo pero que no “ no se puede hablar de un ser humano porque eso no tiene base científica", se están confundiendo los términos del debate, que no se refiere a si es o no un ser vivo, que por su origen solo puede ser humano, sino a la determinación del momento en que es merecedor de la misma protección que el resto de seres humanos que están en otros estadios de su desarrollo antes de la muerte.

Al respecto abortistas y pro-elección muestran una variedad tremenda, tanto para determinar el inicio del ser biológico (día 14, semana 8ª o 14ª) como el comienzo de la persona (ondas cerebrales, desarrollo de la corteza cerebral, cuando piensa en algún grado, o elige de alguna forma, etc.), lo que acredita la arbitrariedad de sus argumentos porque, una vez que se sostiene que la persona surge en un momento concreto distinto del día 1, ¿qué impide retroceder o avanzar en el tiempo? Y además, ¿en qué punto se fija el grado de suficiencia de la capacidad racional o volitiva efectiva – piénsese en bebes, niños, comatosos, disminuidos psíquicos, drogadictos - para considerar que estamos ante una persona titular del derecho a la vida? ¿Quién lo fija? ¿La mayoría democrática de cada momento?

Por el contrario quienes están a favor del derecho a la vida sostienen que un ser humano no puede ser privado de la vida por otros seres humanos, nunca, porque es titular de ese derecho por su propia naturaleza racional y volitiva, que está siempre ahí, en el zigoto, en el feto, el niño y el adulto, como una característica sustancial independiente de su grado de evolución o capacidad de ejercicio, y por eso coinciden en establecer el día 1 como fecha “origen” del ser humano y de la persona titular del derecho a la vida, y en negar el derecho del Estado a señalar quién es o no titular de ese derecho.

Y ello al margen del grado de desarrollo o dependencia de ese nuevo ser, porque es cierto que un embrión es físicamente muy distinto de un adulto, como un feto de un adulto y un bebé de un abuelo, pero lo que cambia es la forma, no la naturaleza que es la misma, y la evidencia científica dice que el embrión es desde el primer momento un ser humano definido genéticamente y con capacidad para auto-desarrollarse. ¿Qué carece de autonomía o viabilidad fuera del cuerpo de la madre y depende de ella para su subsistencia? Es muy cierto, tanto como un bebé depende de sus padres (o de terceros) para vivir, y necesita alimentos, como los necesita un adulto, pero el hecho de extraerlos de la madre o de otra fuente es circunstancial; es decir, el nacimiento es sólo un cambio de “medio” para el nuevo ser, que ya era autónomo por tener entidad propia y capacidad de auto-desarrollo, y sigue siendo dependiente, aunque ya no tomará alimentos ni oxígeno del cuerpo de la madre.

Desde este punto de vista - y eso no significa estar en contra de la protección de la biodiversidad - sí que se entiende el cartel del lince, ibérico o boreal, porque denuncia la desprotección legal de la vida humana en sus primeros meses frente al castigo severo –incluso prisión- de comportamientos que puedan alterar la reproducción de especies protegidas, como la simple tenencia de  huevos o larvas; y pone de manifiesto la incoherencia de quienes argumentan a favor del aborto que no es lo mismo una semilla que un árbol, un huevo que una gallina, o un feto que un bebé, y dicen lo contrario si se trata de una especie protegida.

La campaña de la Conferencia Episcopal es por tanto acertada y coherente, no solo desde un punto de vista moral y ético, indiscutiblemente más elevado por generoso y solidario con los más indefensos que el de quienes defienden su libre eliminación, sino desde punto de vista racional, científico y argumental, sin que se pueda discutir el empleo que hace de sus propios recursos económicos [porque si no fueran suyos no podría disponer de ellos] para la defensa de la vida, de la que el Estado que debiera ser su garante ha abdicado, y para despertar las conciencias en una sociedad adormecida por el hedonismo y el utilitarismo.

9 comentarios:

victoria dijo...

Es evidente que los que critican la campaña que ha hecho la Conferencia Episcopal en contra del aborto, han encontrado pocos y pobres argumentos en los que basarse.

Anónimo dijo...

Siempre tendremos opiniones dispares, no importa de qué asunto se trate. No es tan preocupante como asegurar de qué modo deben distinguirse las valiosas de las absurdas, aunque éstas vengan adornadas con ropajes que disfracen su naturaleza simiesca.
Tendemos a la banalización y solemos resolver cualquier situación con un subjetivismo puro -me parece esto o aquello porque sí- muy relacionado con el egoísmo o la comodidad. El aborto es un ejemplo claro de ello. Será difícil razonar a favor de la privación del ser con argumentos intrínsecos: si bien se mira, todos son extrínsecos, a saber: a) unas cuantas células no sufren ni se enteran (el opinante no aceptaría considerarse torturador o verdugo de un ser consciente); b) resolvemos por la vía rápida la sobrepoblación mundial; c) ahorramos miseria o sufrimientos a tantos niños no queridos (escenario ideal: el filipino, chino o africano, en general allí donde existe pobreza); d) también mejoramos la vida de los padres, que se complicó de forma inesperada con la concepción; e) evitamos los riesgos sanitarios de la clandestinidad; f) ofrecemos trato igualitario a las madres, sin discriminación por nivel de renta; e) progresamos en la reivindicación de la mujer como dueña de sus decisiones ...
A mi modo de ver, salvo esta última consideración -que no he entendido pese a oírla constantemente- todas las anteriores tienen su parte de razón. Pero a problemas extrínsecos, soluciones extrínsecas aunque sean sólo paliativas. Siempre habrá abortos. Y homicidios, y adulterios. Permitir por ley su práctica antes del día equis es inmoral y atenta contra la propia ley natural: es sencillamente la manera más cómoda de evitarse el trabajo y el gasto de ofrecer soluciones extrínsecas. Cuáles han de ser éstas y cómo pueden dotarse con eficacia es un problema cuantitativamente complejísimo, digno sin duda de un Nobel; pero la ausencia de programas nacionales o internacionales no justifican la eliminación del ser vivo con cuanto potencialmente posee, esa maravilla científica. Que se lo digan a las madres que, tras pensarlo en su día, rechazaron abortar y decidieron tener el hijo en quien hoy depositan su orgullo. Yo conozco varias. Y quisiera conocer a un proabortista capaz de enseñarme por qué debemos interrumpir un embarazo que simplemente no conviene o no sabemos si conviene mientras se nos acaba el plazo legal para decidir.

Anónimo dijo...

Es la solución barata, y de paso hacen caja. Cuando se autorizó el aborto en Estados Unidos en algún sitio he leido que quienes los promovieron estaban vinculados al Ku Kux Clan y las principales clínicas se instalaron en los barios pobres y marginales habitados fundamentalmente por negros. También llama la atención la coincidencia de intereses con los movimientos ecologistas extremistas y poblacionistas de ideología malthusiana que dicen que somos una plaga. Hace poco vino uno a Barcelona diciendo que sería conveniente reducir la población de la humanidad en dos tercios y, claro, seguro que habría que empezar por los pobres y él no se contaría entre ellos.
El principio es sencillo, cuantos menos seamos a más tocamos, pero lo venden como la solución al hambre y la pobreza, si no existes no pasas hambre ni puedes pedir ayuda, ni reclamar a los paises ricos que hagan transferencias de tecnología - en Estados Unidos una hectarea de terreno plantada de maiz rinde 21 veces más que en África -, ni llegar en patera hasta la costa, que es muy molesto estar tomándose un daikiri con ese espectáculo de fondo. La población en África debe mantenerse dentro de los límites justos que permitan hacer de vez en cuando hacer un safari, y conservar el ecosistema de la mosca congoleña, aplicando a los humanos el mismo criterio que a los elefantes, evitando que se conviertan en una plaga. ¡Peste de gente "bondadosa"!

Leandro dijo...

Nadie defiende actualmente que un embrión no sea un ser humano desde el día 1 de su concepción, como lo demuestra (...) hasta la misma existencia de la Ley para regular el aborto, que sería en si misma absurda si no se refiriera a las condiciones legales para acabar con la vida de un ser humano.

Ten cuidado con los argumentos, Nacho, que como te los oiga alguno de nuestros gobernantes podemos tener barra libre para según qué cosas, a la fuerza

Desde el foro dijo...

No puedo si no estar de acuerdo "Anónimo 1", la argumentación que se ofrece es efectivamente extrínseca, en cuanto ajena a la realidad de que existe un nuevo ser y basada en un utilitarismo que cuantifica el valor de los seres humanos a efectos de considerarles merecedores de según qué grado de protección jurídica. Si para ello hay que deconstruir el lenguaje y dotar a las palabras de un nuevo significado (preembrión, género, IVE, etc) y poder utilizar el Derecho como instrumento para cambiar un modelo de sociedad, pues se deconstruye y se reinventa.

Esta misma mañana entrevistaban a la ministra de Sanidad, e insistía en los mismos argumentos de siempre, los que has reflejado en tu intervención, y utilizaba un argumento que, como consecuencia de la modificación de la escala de valores que provoca la legislación positiva en la sociedad, por la pérdida de otras referencias (religiosas y también humanistas), se está convirtiendo en falso. Hablaba de la "necesaria despenalización" del aborto (tema muy discutible que, por ejemplo en Holanda y otros países no se plantean) por el drama que supone para la madre, que nunca desea hacerlo y se ve abocada a ello. Se me ocurren varias cosas:

1º.- Que habría que actuar - como tu dices - sobre los hechos extrínsecos a la pura voluntad de la madre que provocan el drama de que se vea abocada a un aborto que no desea, en lugar de eliminar a un ser humano. La realidad es que por ejemplo PSOE e IU se opusieron en Murcia a una iniciativa legislativa cuyo objeto era precisamente actuar sobre esos hechos extrínsecos.

2º.- Que es un argumento completamente contradictorio con la visión que se intenta trasladar de que no es más que un conjunto de células tan merecedoras como un padrastro. Salvo que medie el deseo-voluntad de la madre de ser madre, en cuyo caso sí que es un bien jurídico protegible, lo que implica que esa vida carece de valor por sí misma.

3º.- Eso es lo que está siendo captado por una parte de la sociedad, que despersonaliza al embrión o feto y no vive como ningún drama librarse de él (de "eso", dicen) por razones puramente utilitaristas.

De hecho tampoco creo que ni la ministra ni quienes defienden activamente el aborto piensen seriamente que es ningún drama, y simplemente utilizan ese argumento para dar una coartada moral a quienes todavía la necesita para tratar de aplastar su propia conciencia.

Desde el foro dijo...

Leandro, no creo que se pueda convertir nunca en boomerang ese argumento porque en algún sitio habrá que poner siempre el límite ¿no?
De momento, si depende de la dependencia del sujeto en cuestión, y valga la redundancia, hay un amplio margen de población, que siguen dependiendo de sus padres aunque ya pasan la treintena y que, como tienen derecho de voto, se supone que exigirán la existencia de un límite.

Aunque quién sabe. Recuerdo cuando salió la película ¿Mar adentro?, sobre la eutanasia, que le preguntaban a una señora ya mayor por la calle y decía que le parecía muy bien, que cuando ella fuera inútil que se la llevaran por delante, y que sostener lo contrario era egoísta.

¡Ufff!, da pánico pensar en la capacidad de la ingeniería social y, por lo que a nosotros nos toca, más nos vale inculcar buenos principios a nuestros hijos, o alternativamente mantener hipotecas inasumibles hasta el final de nuestras vidas.

Leandro dijo...

Lo de las hipotecas no falla, seguro. Lo demás... no sé

Desde el foro dijo...

Ya te digo...

Desde el foro dijo...

La cuestión que se plantea, anónimo 2, es el egoísmo hasta el suicidio de una sociedad, que no le importa lo que ocurra mientras que no lo vea, no vaya a ser que le remuerda la conciencia. Y lo mismo vale para el feto abortado que para quienes llegan en patera.

Es muy instructivo que, cuando hubo jueces que quisieron investigar delitos relacionados con algunas clínicas abortistas, y cuando los periódicos o la televisión extranjera airearon lo que estaba ocurriendo en España, el Gobierno saliera en tromba no contra el delincuente, sino contra esos medios, y el resultado ha sido la nueva ley del aborto.

Todavía recuerdo cuando en enero de 2008 el ministro Bernat Soria propuso que los fetos dejaran de considerarse restos humanos hasta la semana 28, a raíz de haberse encontrado restos humanos en cubos de basura junto a una conocida clínica abortista en Madrid. Es decir, que el problema se reducía a una cuestión de gestión de residuos.

Toda una demostración de sensibilidad.

Ahora bien, hay que recordarlo, para conservar la memoria histórica, pero no venirse abajo por la magnitud de la sinrazón, sino al contrario que sirva de acicate para movilizarse y tratar de convencer a todo el mundo, uno a uno, de que es una vida y que nadie puede decidir quién tiene derecho o no a vivir.